viernes, 30 de septiembre de 2016

MODELO DE EVALUACIÓN RESPONDENTE DE STAKE GRUPO N° 2

                                                                     
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD GRAN MARISCAL DE AYACUCHO
UNIVERSIDAD VALLE DE MOMBOY
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGADO
MAESTRÍA GERENCIA EDUCATIVA

  








MODELO DE EVALUACIÓN RESPONDENTE DE STAKE

(Ensayo)







Autores:
Chacón, Eva
Ortega, Sandro
Sandoval, Belkys
Galeano, Franklin
Peñaranda, Nelci
Luna, Iris
Macías, Graciela
Pico, Jennifer

San Cristóbal, Septiembre 2016



    En la historia de la evaluación, han existido un conjunto de factores que al interactuar entre procesos de construcción y reconstrucción en cuanto a concepciones y planteamientos. Es así como hasta la actualidad se han reconocido cinco generaciones de evaluación, a saber: la generación de la medición, la generación de la descripción, la generación del juicio, la generación de la negociación y la generación de estándares de calidad. De esta manera, cada una de estas generaciones ha tenido sus propios representantes y metodologías de evaluación, donde estas últimas vienen desde las evaluaciones cuantitativas (medición) hasta las actuales evaluaciones cualitativas, negociadas y centradas en las necesidades e intereses de los estudiantes. Entre estas últimas, se tiene la evaluación respondente de Stake, la cual siendo de enfoque cualitativo se centra en los requerimientos de los estudiantes.
    Cabe destacar que el modelo respondente de Stake tiene sus antecedentes en la evaluación participativa, aquella donde se produce un feed-back entre miembros internos y externos para reflexionar qué se hizo en el pasado y tomar decisiones para mejorar el futuro próximo. Es de mencionar que el modelo respondente de Stake, también llamada evaluación comprensiva o receptiva, se enfoca en una evaluación cualitativa, donde lo más importante no son las teorías sino la evolución y el desarrollo holístico del estudiante. Ahora bien, para Stake (1975) la evaluación educacional
“es una evaluación respondiente si se orienta más directamente a las actividades del programa que a sus intenciones; responde a los requerimientos de información por parte del grupo o audiencia interesado; y si las diferentes perspectivas valorativas presentes son tomadas en cuenta al informar acerca del éxito o fracaso del programa” (s/p).
     Como se observa, Stake como el máximo exponente de la evaluación respondente, hace énfasis más en una evaluación de los procesos que de los resultados, una evaluación más equitativa e individualizada; es decir, promueve más la evaluación cualitativa a través de la observación y el estudio de caso, las técnicas más utilizadas, que aun pareciendo ser subjetivas, toman más en cuenta la realidad del estudiante y sus verdaderos requerimientos.
    Por su parte, este modelo de evaluación tiene un propósito claro, el cual según Correa, Puerta y Restrepo (2002) trata de “proporcionar al cliente o a los que adoptan decisiones la información que necesitan, en términos de descripciones y juicios sobre diversos aspectos y componentes del programa” (p.113). En cuanto a la descripción, Stake tomando ideas de Tyler y Cronbach, asegura que es un acto básico inherente a la evaluación, donde se comprueba a través de una narrativa el alcance de los objetivos y las limitaciones. En cuanto al juicio, bajo las ideas de Scriven, señala que si no hay juicio tampoco habrá un sentido de la evaluación, entonces, ésta habrá de servir para sintetizar la descripción, y a la vez reflexionar y criticar la objetividad que algunos evaluadores le han dado a su práctica.
    Sin embargo, dado que el diseño de este modelo de evaluación es hermenéutico, al utilizar el estudio de caso aunado a la entrevista y la observación como técnicas de recolección de información, no se centra sólo en normas para emitir juicios, sino que toma en cuenta las opiniones de las personas implicadas en el programa, por lo que no las tilda, las clasifica o sintetiza. Es por ello, que se dice que el modelo de Stake es pluralista porque involucra las necesidades de todos, flexible porque permite hacer cambios, interactivo por el feedback entre el evaluador y los evaluados, holístico porque no sólo toma en cuenta los resultados finales sino el proceso y todas sus partes; y orientado al servicio porque se centra en los requerimientos del cliente (estudiante).
     De igual manera, aunque la mayor desventaja de este método es su tendencia a la subjetividad, es posible enumerar una diversidad de beneficios, además de los ya mencionados con anterioridad, tales como: tareas no repetitivas, libertad de opinión y pensamiento, el programa se ajusta al sujeto, si importa la percepción de vida, se forjan competencias en el individuo debido a que se centra en sus necesidades, responde a los intereses de todas las partes, ayuda  a los clientes a distinguir las virtudes y los defectos del programa, tiene  en cuenta la igualdad, no busca reformar los programas sino se enfoca en comprenderlos y ver cómo aprenden para adaptarlos a ellos. A continuación, se muestra los pasos o estructura funcional de la evaluación comprensiva o respondente, donde Stake la enseña como un reloj, tomando en cuenta el giro de sus agujas, iniciando en 12 y terminando en 12; cada uno de estos pasos son necesarios para aquellos evaluadores que requieran tomar este modelo.



     Además, Stake planteó un esquema para la recopilación de datos que, aunado al método del reloj, se plasma en dos matrices: matriz de descripción y matriz de juicio, para las cuales es necesario determinar los antecedentes, las transacciones y los resultados. Los antecedentes se refieren a la historia o las condiciones que existen antes del proceso de enseñanza y aprendizaje. En cuanto a las transacciones, se dan con los encuentros entre estudiantes, profesores, padres, tutores, otros estudiantes y miembros del consejo; y se coteja con la realización de un proceso evaluativo continuo para poder discernir los trabajos reales del programa. Por su parte, los resultados, es lo que se consigue a través del programa (resultados encontrados, resultados no encontrados y resultados ocultos o no buscados); a tales efectos, se toma en cuenta las capacidades, los logros, las aptitudes y las aspiraciones así como también el impacto ocasionado entre los participantes. A continuación se muestran las matrices propuestas por Stake.


     Cabe destacar la metodología a llevar a cabo para el llenado de las matrices, específicamente para las observaciones y transacciones, es recomendable llevar un diario de campo donde puedan elaborarse gráficos, descripciones, narraciones, entre otros aspectos que puedan desarrollarse y plasmarse. Así también, como lo señala Correa, Puerta y Restrepo (2002), “se averigua qué es valioso para los usuarios y se reúnen juicios de diversas personas cuyos puntos de vista difieren” así como también debe presentarse la información que se ha obtenido “a las personas encargadas del programa y a los mismos usuarios para que se pronuncien sobre la precisión e importancia de los hallazgos” (p.114).
    En conclusión, el modelo respondente de Stake, modelo comprensivo o receptivo, plantea un método cualitativo, que basado en estudio de caso, observaciones y descripciones, busca centrarse en las necesidades del cliente. Para ello se orienta en sus pasos o estructura funcional del método del reloj, aunado al contraste que surge entre las matrices de descripción y juicio, y de esta manera proveer los resultados del programa con base en la interpretación de las necesidades del cliente. Sin embargo, el juicio del evaluador que modele su evaluación con las ideas de Stake, debe tener claro que su propio juicio individual pueden diferir con las personas interesadas en la información obtenida, por lo que, pudiera parecer subjetiva la información.


REFERENCIAS

Correa, S., Puerta, A. y Restrepo, B. (2002). Investigación Evaluativa. Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, ICFES. Bogotá, Colombia.
García, B. (2011). El Método Responsivo: Robert Stake. Tomado de: http://entornovirtualparaeldesarrollode.weebly.com/uploads/8/8/7/0/8870627/mtodoresponsivo-stake.pdf
Suárez, Y; Tacha, E y otros (2013). Stake: el método evaluativo centrado en el cliente. Tomado de: http://es.slideshare.net/edwartacharamos/evaluacion-respondente


Equipo N° 6 Evaluación Iluminativa Parlett y Hamilton



MODELO JUDICIAL DE WOLF


                                                                               

República Bolivariana de Venezuela
Universidad Valle del Momboy
Centro de Formación Permanente
“Monseñor Jesús Manuel Jáuregui Moreno”
Decanato de Investigación y Postgrado









MODELO JUDICIAL DE WOLF
(ENSAYO)








PARTICIPANTES:
PABÓN YAMILE
YURI RAMIREZ
RICHARD URBINA


GRUPO N°4

San Cristóbal, septiembre de 2016.











            El tema de juzgar  parece ser de interés general, más cuando está en tela de juicio la libertad de un ser humano,  por lo que no vendrá mal incluir una discusión sobre este asunto. El único problema es que prácticamente cualquier cosa que se diga sobre este tema probablemente esté mal. Así que se abordará  este importante tema por las se tiene  un especial interés.
            En tal sentido tomar una decisión para enjuiciar amerita procedimientos minuciosos que nos produzcan evidencias  concretas de gran interés, y así nos lleven a perfeccionar la toma de decisiones. Es evidente que para el logro del objetivo se requiere la prosecución  de modelos de expertos en temas judiciales, como lo es el “modelo judicial de Wolf”. Después de  haber obtenido profundamente conocimientos del modelo judicial mencionado nos ha despertado interés en dar a conocer y defender teóricamente dicho modelo por tratarse de un modelo que a nuestro criterio cumple con los requisitos, pasos y parámetros para tomar una decisión de juicio. Wolf  define cuatro etapas para la realización de un modelo judicial. La primera etapa consiste en la presentación de los diversos problemas, hacer comparación de los problemas, por medio de entrevistas y otros medios teniendo como horizonte el mismo objetivo para poder identificar los problemas de más importancia. La segunda etapa tiene como finalidad reducir el número de problemas hasta dejar una cantidad considerada para la audiencia, en un orden prioritario dándole la importancia de cada problema y realizando el escrito de los problemas. La tercera etapa reside en la preparación formal de los argumentos proporcionados de los datos de la recopilación acerca de las virtudes y defectos del programa, estos datos son suministrados por testigos implicados en el programa o afectados por el. Luego todos estos argumentos son estudiados y evaluados para su posible uso en los argumentos finales. La cuarta  y última etapa no menos importante que la primera, es la etapa de la audiencia, que se basa a su vez en dos partes, una parte  donde antes de la audiencia se examinan los principales argumentos para establecer las reglas y procedimientos de la audiencia, participantes de la audiencia, criterios para determinar la relevancia de las evidencias, al concretar todos los acuerdos se realiza un borrador de los argumentos que sirven de guía para las deliberaciones, el segundo paso de la cuarta etapa es la audiencia como tal, pero para que esta se lleve a cabo se requiere de meses de preparación en las tres etapas anteriores desglosadas, se toma en cuenta más de una sección. Tras la presentación de los argumentos y los interrogatorios, el jurado delibera. Si el propio jurado no es el que toma las decisiones, recomienda qué decisiones deben tomarse.


El método más confiable que se debe seguir para tomar una decisión judicial es la presentada por Wolf ya que Ciertamente, el proceso puede clarificar las alternativas y las consecuencias de una decisión.

Modelo Michael Scriven Evaluación orientada al cliente o centrada en el consumidor

República Bolivariana de Venezuela

Instituto Universitario Valle de Momboy

San Cristóbal estado Táchira

 

 

 

 

 

Evaluación Institucional

 

 

 

Integrantes:

Moreno Belkys        c.i. 9.234.436

Sanchez Lisbey      c.i. 11.493.601

Roa Alba                  c.i. 9.338.032

Villaquiran Beatriz  c.i. 22.641.159

Licd. Msc:                 Jesús Omar Díaz

 

 

 

Septiembre 2016

Desde hace décadas en el ámbito social, comercial, educativo, laboral entre otros se desarrollan sistemas o conceptos relacionados a la evaluación en diversos espacios de la sociedad, que permiten relacionar las acciones en un entorno para controlar el progreso de los individuos, una tarea nada fácil que tiene por finalidad, tener un mejor control a la hora de implementar técnicas que conllevan a la comprensión de casos de investigación donde se valoran objetivos o metas planteadas para tal fin, un tema apasionante que evoluciona cada día con nuevos aportes de autores e investigadores que contribuyen al avance de la materia proponiendo nuevas visiones sobre el abordaje de los métodos de evaluación.

Sin embargo el filósofo y científico Michael Scriven reconocido por contribuir al proceso de evaluación refuta las teorías clásicas, al proponer nuevas comprensiones sobre los procesos evaluativos con métodos que facilitan la aplicación de conceptos más amplios donde se desplazan las metas y se reconocen las necesidades; en este sentido, el autor plantea la evaluación orientada al cliente o centrada en el consumidor, método que plantea que el evaluador debe trabajar con y para ayudar a aquellas personas que desarrollan e imparten servicios, es decir al evaluador al servicio en diversas áreas considerando que los distintos clientes tienen distintas prioridades que deben ser sujeto de evaluación u observación con especial atención.

No obstante, el modelo plantea la comprensión de las necedades más allá de las metas, objetivos o resultados esperados que también son importantes pero que pueden verse beneficiados durante el desarrollo de los procesos pues, cada individuo o grupo presenta características distintivas que requieren de técnicas o mecanismos de evaluación diferentes y que no pueden atribuirse a patrones establecidos, ya que existen previstos e imprevistos que requieren acciones particulares del contexto, el proceso y el producto por ende, el evaluador debe ser un observador acucioso que logre establecer la transición de paradigmas cuantitativos o cualitativos según se corresponda.

En este orden de ideas, según Scriven la evaluación es entonces un proceso sistemático que persigue emitir un juicio de valor fundamentado objetivamente, lo cual hace alusión al carácter continuo y permanente del acto evaluador, a la necesidad de basarse en un procedimiento que garantice su objetividad, todo ello con el propósito de generar juicios de valor respecto a algún evento o hecho educativo; sin embargo, Es una ampliación de criterios en tanto que, no sólo se restringe al logro o no de un propósito sino que valora el proceso y admite que pueden aparecer nuevos objetivos no previstos originalmente.

De igual forma, al revisar sus planteamientos, resulta innegable que demuestran que el concepto de evaluación ha evolucionado, no obstante,  ello no significa que unos anulen a los otros, por el contrario, cada uno nace en un tiempo y un momento determinado, y aportan una respuesta que se ajusta a un contexto, pero que sirve de basamento al siguiente y lo complementa.

Ahora bien, el modelo de evaluación orientada al consumidor o al cliente propuesto por Scriven también es conocido como modelo sin referencia a metas, por cuanto para este autor, lo importante no es evaluar el logro de los objetivos sino emitir juicios de valor, en tal sentido, el propósito de este método es juzgar los méritos relativos de bienes y servicios alternativos, por ello sus organizadores previos los constituyen las necesidades y valores sociales, lo cual es interesante ya que rompe las estructuras y se adapta a nuevas formas y acciones que surgen del proceso mismo y que pueden inferir positivamente en los resultados deseados por el evaluador al obtener una visión más integral de las características y necesidades del cliente o beneficiario que participa.

Por tal motivo, el método se interpela sobre el valor que tiene un programa que se oferta en relación a los costos que éste genera, las necesidades concretas de sus consumidores o beneficiarios y los valores en general de la sociedad a la cual se dirige; si se considera el ambito educativo se haría referencia a la inversión que se realiza en el sector, el grado de satisfacción de necesidades de sus educandos, y la respuesta que ese sistema es capaz de dar a las demandas de su contexto y su sociedad; Es así, como el autor sugiere instrumentos y técnicas esenciales las listas de control, los test diagnósticos, las entrevistas, la elaboración de informes, en fin, todos aquellos que permitan realizar una descripción del juicio del evaluador luego de ejecutada su función.

Sin embargo, Scriven también introduce los conceptos de evaluación formativa que se realiza durante el proceso y sirve como retroalimentación y guía para el mejoramiento del programa durante su ejecución, también proporciona información para ayudar a planificar y luego producir algún objeto, en general, se realiza para ayudar al personal a perfeccionar cualquier cosa que esté operando o desarrollando; de igual forma plantea la evaluación sumativa que es un juicio valorativo y se centra en la evaluación de los resultados y efectos del programa, con un enfoque analítico, buscando establecer relaciones de causalidad entre variables dependientes e independientes que puede ayudar a los evaluadores, también representa un avance sobre las alternativas disponibles, por lo general, debe ser realizada por un evaluador externo para que aumente la objetividad.

Es importante destacar, que el modelo sin referencia a las metas propuesto por Scriven, requiere criterios o estándares que le sirvan de base para juzgar la efectividad de un programa, ya que las necesidades son la base de la evaluación, pero las necesidades de los consumidores o clientes no son comparables a sus deseos, requieren ser determinadas y descubiertas mediante un análisis externo y objetivo. Por tanto, el modelo cuenta con algunas ventajas como su carácter flexible, su capacidad de adaptarse a cambios repentinos, a nuevos contextos además de su capacidad para valorar los efectos secundarios y consecuencias de un programa y la capacidad de ajustarse a un entorno social con características particulares y valores propios.

De igual forma, dentro de los contra del modelo destacan que si bien es cierto que afirma que las necesidades del consumidor pueden ser racionalmente demostrables, y se puede asegurar que no correspondan a deseos ni intereses sino a necesidades reales; siempre existe la posibilidad de que aquello, que se diagnostique como una necesidad real no lo sea, sino que responda más a consideraciones del evaluador, lo cual implica una enorme carga de subjetividad, así mismo valorar un programa en función de su capacidad de satisfacer necesidades únicamente, sin considerar los propósitos para los cuales fue diseñado, no permite establecer una postura objetiva de su eficiencia; razón por la cual, la evaluación es preponderantemente comparativa por lo que debe atender los costos y los beneficios para entender las necesidades del cliente ya que la orientación supone múltiples dimensiones.

Por esta razón, a pesar que el modelo establece su enfoque analítico racional, con un concepto claro sobre la evaluación y sus propósitos y características es necesario comprender que el éxito de su aplicación depende de la metodología aplicada en el buen uso de los criterios que la componen y las acciones que resulten permitirán responder a las observaciones producto de esas necesidades latentes en los clientes. En definitiva en la evaluación sin metas como también se le conoce al modelo el evaluador es ignorante de las metas fijadas para el programa ya que es reversible y complementaria pues, se inicia sin metas para diagnosticar y su ventaja es adaptarse a los cambio de metas durante el proceso.

En este sentido, Scriven afirma que la principal responsabilidad del evaluador es emitir juicios bien informados, ya que la meta de la evaluación es siempre la misma juzgar el valor, pero, las funciones de la evaluación son enormemente variadas, considerando que se puede formar parte de la actividad de la enseñanza, del proceso de elaboración de currículos, de algún experimento relacionado con el perfeccionamiento de la teoría del aprendizaje, de una investigación preliminar entre otros. Pues el fracaso de distinguir entre la meta de la evaluación o juzgar el valor de algo y sus funciones que es utilización constructiva de los datos evaluativos, ha conducido a la imitación; Para Scriven, una valoración objetiva del valor es la condición irreversible de la evaluación, por esta razón es que existen dos funciones principales la formativa, que ayuda a desarrollar programas y otros objetos; y la sumativa, que calcula el valor del objeto una vez que ha sido desarrollado y puesto en el mercado.

En conclusión, los aportes propuestos en el modelo evaluativo desarrollado por Scriven invitan a un proceso de evaluación de los programas educativos en función de las necesidades de las personas y las sociedades a quienes ellos van dirigidos, ofreciendo una amplitud y flexibilidad, tal vez un tanto utópica, pero ideal considerando la diversidad  el dinamismo humano. Sin embargo, esta amplitud y la dificultad para hacer objetivo además de global ese proceso de determinar necesidades humanas, precisamente por sus características diversas y dinámicas, lo convierten en un modelo con una amplia carga de subjetividad.